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Refugio.

Como una musa inspiradora  que te invita a crear, a desdesahogarte  a expresar, todo aquello que va por dentro y nadie sabe que allí está ... Te apareciste. Regando luz, con esas aquellas tus perlas. Dejando a tu paso una brisa color miel. Dándole olvido a la soledad. A brazaste a un alma desesperada, la desnudaste del pasado... El calor de tu pecho fue el abrigo de mis miedos. Era Julio. Hacía frío. El invierno dominaba. Pero adentro, en un fuego dulce que olía a primavera, ardíamos en un nosotros que no sabía de relojes.

A destiempo

Se nos hizo tarde. Eso d i ce el tiempo. Pero n o puede ser cierto. Si todavía lo siento, Tan claro como fuerte. Como aquella primera vez, cuando tus brazos curaron mi debilidad y entendí que era real. Desde ese principio f uímos sonrisas y supe que era el final. El final de un reino de miedo, que por años n o permitió sentir. Miedo que en tu presencia se rindió. No pudo contra aquello que llaman amor. También se rindió mi yo. No pudo contra tu calor. Me desnude como nunca antes. Nos entregamos a vivirnos. Fue tan real , que el tiempo no se lo puede llevar. Sigue presente ese ayer. Sigue estando ahí. Vos, yo, nosotros. Todo sigue siendo hoy.

Oscuridad...

Sigue estando ahí, lo que dejó al partir. No lo cura el tiempo. Sigue habitando por dentro, ese rastro de luz apagada, intentando con ausencia llenar un vacio. Se vuelve insoportable. Siento su presencia, escucho su latir, me persigue con susurros. No es facil soportar tanta oscuridad. Me obliga a abrir los ojos para admirarla. Me aturde con silencios. Me somete a un miedo al que llama realidad. Todo lo cubre. Quedan solo rastros del ayer. Queda solo un eco, que no puede ser escuchado.

Última vez...

Me guía la penumbra. Te encuentro pero no estás. No sos vos, ya no. Te vas y solo eso me dejas: Oscuridad. Estalla el miedo. Lastima el detalle. Ahoga el estar. Es tarde hasta para decir Adiós!

Realidad.

No sé, no quise verlo. No supe cómo. Sucedió, lo sé. Fallé. Te fallé. Elegí no ver. Ahora toca sentir y va a doler. Sin adiós, nada queda... Ni siquiera el recuerdo de una despedida.

Pertenezco a esos días...

Días color naranja, con aroma a frío, abrigados por el sol. Dicha de una inocencia  sin gusto a realidad. El tiempo hizo de las suyas. El invierno siempre regresa. Se siente el frío, vuelven esos días, vuelven sin color naranja, sin calor del sol. Sólo vuelven esos días... Y traen frío!